Mi resumen de lo ocurrido:
Volamos como estaba previsto, un gruppe de Do-17 liderados por Overlord en su ataque a Hawkinge, escoltados por dos jagdgruppen de Messerschmitts. Nos reunimos sin novedad en Calais a 3000m y seguimos aproximación.
Casi inmediatamente vemos a tres bandidos (Hurricanes) entrar a los bombarderos. Y ambos jagdgruppen de Bf-109 (doce cazas) nos lanzamos tras ellos. Este fue nuestro primer error. No debimos lanzarnos todos. Al menos un jagdgruppe debió permanecer con los bimotores dándoles escolta cercana.
Los Do-17, en vez de desviarse u orbitar en círculo defensivo a la espera de que se resuelva el combate y se reintegre su escolta, se adentran a toda velocidad sin protección en el espacio aéreo enemigo. Segundo error. Pero hay que decir en su defensa, que por un problema con las comunicaciones las tripulaciones de bombarderos entendieron que al menos uno de los grupos de caza seguía con ellos.
Cuando observo que somos demasiados cazas para sólo tres Hurricanes y que uno ya cae, ordeno a mi gruppe reintegrarse a la escolta. No escucho a Gasofa hacer lo propio y parece ser que se quedan en combate, muy rezagados.
Cuando una nueva escuadrilla de cazas de la RAF acometen a los Dorniers, ya cerca del objetivo, están demasiado lejos para que el primer jagdgruppe (el mío) les podamos ayudar y vemos las primeras bajas, impotentes. El segundo gruppe de Bf-109 ha quedado tan retrasado que ahora solicita nuestra posición y cota. Llegarán al área una vez los bombarderos han partido hacia base.
Además, los bombarderos optan por una táctica mixta de ataque al aeródromo: un schwarm atacará en picado mientras otros lo hacen a nivel. El resultado de lanzarse en picado con un Do-17 cargando una pesadísima SC1000 fue desastroso... Los bombarderos no puedieron evitar la fuerte aceleración en picado con ese peso, no puedieron remontar, rebasaron rápidamente su velocidad terminal y se descoyuntaron...
Al final, de los cuatro grandes hangares a destruir sólo uno lo fue (gracias a Sergei, el maestro del bombardeo a nivel). Y eso que doce bombarderos con otros tantos cazas de escolta presagiaban un éxito casi seguro.
Deslabazados y con daños, fuimos aterrizando en nuestros campos de partida con un mal sabor de boca.
Muchas cosas salieron mal.