Debrief:
Dispuestos a no marcharnos sin haber eliminado la resistencia enemiga del saliente, peinamos en zig-zag los barrios occidentales de Kiev y una población contigua de cuyo nombre no quiero acordarme. Allà localizamos (casi de casualidad), una baterÃa de PaK 40 enemigos y ordeno a Fresco (Azul-2) y Peak (Azul-3) que ataquen, mientras el segundo zveno queda arriba orbitando a derechas. De repente dejan de comunicar los dos y veo un par de hogueras entre las casas
Hay fortÃsimas turbulencias ahà abajo, lo cual, junto a las casas, la niebla y a lo diminuto de los blancos, hace la tarea extraordinariamente difÃcil. Sólo Hades y algún Ignacio consiguen impactos y salir sin estrellarse contra algún tejado.
Con la baterÃa destruida, y cuando aún estoy pensando el siguiente punto de ruta, oigo a Sergei comunicar contactos hostiles (bombarderos) al Sur de nuestra posición. Iniciamos persecución y trabamos combate. Uno de los Ju-88 es abatido y yo mismo casi soy derribado por Hades
quien no tiene miramientos para con cualquiera que se interponga entre un nazi y él...
Sergei se empeñó en bajar a un Junkers a lo tarán. Y lo bajó, sÃ. Vaya que si lo bajó. Y él mismo cayó como una piedra después.
La persecución nos lleva al Sur, momento en que vemos a los bombarderos descender para circuito en un aeródromo de hierba cuyas baterÃas antiaéreas se empeñan en jodernos el dÃa.
Y claro, no nos Ãbamos a ir de allà sin enseñarles modales...
Habiendo causado verdaderos estragos, y sólo porque no nos queda munición, regresamos a casa donde aterrizamos sin mayores problemas (Héctor decidió que le sobraba una de sus ruedas y la largó sin más).
Por cierto que Puhovka estaba arrasada. Del Comandante no encontramos ni la gorra. Y eso fue una suerte porque pudimos ir directos a por vodka a la cantina.
Saludos.